La Ínclita ciudad de Cartagena de indias, en la época de 1741
En torno a lo que fue el Lazareto de Caño de Loro (1796 -1950), el primer lazareto de Colombia asentado en la Isla de Tierra Bomba (Isla Perico) de Cartagena, se desarrollaron oficios como la pesca, la agricultura, la construcción de barcos y artes manuales. Fue la época de mayor esplendor de la isla.
El ingeniero militar Antonio de Arévalo y Porras, en el año de 1742, propuso el traslado del hospital de San Lázaro a la vecina isla de Tierrabomba. Él mismo diseñó el proyecto y escogió su ubicación en el sitio llamado Cantera Vieja, cerca de la Punta de San Mateo. Sería un gran edificio de base cuadrada, con plaza de pórticos y amplios corredores a los que darían ochenta habitaciones de enfermos; además de salones, enfermerías, comedores de hombres y mujeres.
El Hospital de San Lázaro funcionó en Cartagena en la esquina que cae en el último remate de Getsemaní, frontero al Fuerte Boquerón.
En 1608, este hospital se trasladó, por conveniencia pública cerca del Camino Real en el Cerro de San Lázaro en donde luego se instalaría el Fuerte de San Felipe. El cerro tomó el nombre del hospital. En 1772 había en el Hospital de San Lázaro de Cartagena 104 enfermos.
En 1796, los lazarinos de Cartagena quedaban asentados en lo que sería el primer lazareto de Colombia bautizado con el nombre de: Lazareto de Caño de Loro.
Hoy sobre el cerro de San Lázaro está El Castillo de San Felipe de Barajas, patrimonio histórico de la humanidad de la Unesco.
Cartagena de Indias que se había declarado, en 1810, en independencia absoluta de España fue tomada por la expedición militar comandada por Pablo Morillo, el Pacificador, quien tenía la difícil misión de reconquistar todas aquellas provincias americanas rebeldes a la Corona Española. A fuego y sangre Murillo tomo la ciudad que estaba defendida tanto con hombres como con murallas y fuertes. En esta guerra también murieron cruelmente algunos residentes desprotegidos que se encontraban en el ya establecido Lazareto de Caño de Loro, en la Isla de Tierra Bomba.
Como homenaje a todos los mártires de esta lucha por la independencia, la ciudad de Cartagena rinde homenaje con un monumento que está ubicado en camellón de los mártires que dice: “Homenaje del pueblo de Cartagena a sus mártires desconocidos” y se refiere a los residentes del lazareto de la siguiente manera: “A los infelices leprosos que en número considerable se hallaban en el Lazareto de Caño e Loro y que fueron quemados vivos”.
Con el decreto 347, del 8 de noviembre de 1887, el Gobernador del Departamento Nacional de Bolívar, Henrique Luis Román, reorganizó la administración del lazareto de Caño de Loro y se creó una junta especial para su manejo. La Junta debía nombrar el médico del establecimiento, quien debía ensayar los medicamentos más recomendados para la lepra, tomando una fotografía de cada enfermo antes de comenzar el tratamiento y otra en la época en que rindiera informe. El tratamiento especial consistió primero el de Una y después el chaulmoogra. El lazareto, que estaba muy deteriorado, fue arreglado también para esta misma época.
Todavía en 1912 persistía la costumbre de enviar desde Cartagena en una piragua los alimentos, ropa y medicinas hasta el lazareto. Algunas medidas y disposiciones legales fue- ron:
A los lazaretos sólo se podrá entrar con permiso de la autoridad competente (Artículo 65 de la Resolución 174 de 1913). Todo médico que fuere consultado por un leproso quedará legalmente desligado del secreto profesional (Artículo 1, Resolución 100 de 1919). No se podrán establecer en los leprosorios nuevos tratamientos ni hacer experimentos para curar la enfermedad (Artículo 15, Resolución 505 de 1919). La correspondencia cursada única y exclusivamente por la Administración Interna de Correos, y será desinfectada (Resolución 6 de 1921). Según la resolución 17 del 28 de marzo de 1925, una vez practicado el examen y declarado leproso un individuo, la primera autoridad política del lugar le expedía un pasaporte que tiene por objeto abonarle los auxilios necesarios para trasladarse al lazareto que se le señale. Es fijado por el Gobierno de acuerdo con las necesidades de las leproserías (Artículo 17, Ley 20 de 1927). Los asilos para niños sanos hijos de leprosos funcionaban en lugares cuya distancia impedía el trato fácil con los enfermos (Artículo 6, ley 20 de 1927). Sólo las cervezas de 4 por 100 de alcohol pueden expenderse en los lazaretos (Artículo 4° de la Resolución 39 de 1928). Se prohíbe a las empresas de transporte conducir personas que se hallen atacadas de lepra (Resolución 9 de 1929).
La cédula de ciudadanía especial de los leprosos les negaba el derecho a elegir y ser elegidos. Los hijos de padre o madre leprosos que no presenten manifestaciones de la misma enfermedad, serán separados del enfermo. (Resolución 60 de 1933). Todas las personas sanas y enfermas de lepra residentes en el perímetro aislado necesitan proveerse de pase para llegar a los edificios ubicados en la parte externa. (Resolución 406 de 1937).
Caño de Loro tuvo 600 afectados por la lepra para mediados del siglo xx, situación que había impulsado la construcción de salacunas y otros recintos, instalaciones que representaban una ventaja para la comunidad sana que habitaba en la Isla. Tenían teatro, iglesia (fgura4), agua, luz y mercado, lo que resultaba atractivo para los demás corregimientos e individuos que convergían en aquellas facilidades,
En el año 1950, siendo jefe de la División de Lepra el doctor Darío Maldonado Romero, Ministro de Higiene el doctor Jorge Cavelier Gaviria y Presidente de la República Mariano Ospina Pérez se llevo a cabo la orden de trasladar por vía aérea alrededor de 500 enfermos de Caño de Loro a Flandes, Tolima, y desde allí en tren hasta Tocaima, desde donde fueron llevados a su nuevo albergue, el Lazareto Agua de Dios.
El bombardeo a Caño de Loro se hizo con el antecedente del bombardeo al leprocomio que funcionó en la isla de Penikese en Estados Unidos en 1921. El Estado de Massachusetts, cerca del año de 1900, utilizó la isla de Penikese para los pacientes con viruela y a partir de 1905 para los pacientes con lepra a pesar de la protesta de los habitantes de las islas vecinas. El leprocomio en la isla continuó hasta 1921 cuando los últimos seis pacientes que albergaba fueron trasladados al leprosorio federal de Carville en Louisiana. Después, los edificios del leprocomio de la isla fueron quemados y dinamitados con la expectativa que esto mataría a todos los gérmenes.
Como medida de profilaxis, las instalaciones del Lazareto de Caño de Loro fueron bombardeadas desde aviones los días entre el 20 y el 24 de septiembre de 1950. Ni la isla de Tierra Bomba, ni, específicamente, el corregimiento de Caño de Loro eran territorios de solo enfermos de lepra; por el contrario, estos eran apenas una pequeña fracción de la población, por lo que en el bombardeo los civiles, lo único que pudieron hacer, fue salir con paños blancos para pedir que no bombardearan ciertas zonas comunes.
Aquella época de esplendor de la isla de Tierra Bomba habría también llegado a su final, la presencia del estado Colombiano no volvió a ser la misma en este territorio. De Caño de Loro solo quedan las ruinas dejadas por el bombardeo, las memorias de los ancianos nativos de la Isla y las memorias de los afectados que tuvieron un familiar residente en este Lazareto.
Fuente: https://leprosyhistory.org